Hay un elemento que se encarga de robar tus kilómetros cada que sales a carretera: fricción. Ésta es el resultado de diversos factores, incluyendo la calidad del hule, la carga de la llanta, el inflado y la influencia del sistema mecánico (tales como alineación y la superficie del camino).
Para maximizar el uso de tus llantas éstas deben estar bien alineadas e infladas con la presión adecuada, esto creará una huella de contacto con el peso distribuido uniformemente sobre la misma huella que incrementará la vida de la banda de rodamiento. Desafortunadamente, en la vida real, muchas de las buenas llantas sufren de pobre mantenimiento.